miércoles, 16 de octubre de 2013

noche sin luna


Juro que la luna me tiene envidia.
La ví estirándose, con estertores cuando la miré fijo esta noche.
Acostumbrada a que le canten los poetas y bufones .
Luna de zambas, tangos, baladas, cumbias. Luna de fotos llena, nueva, creciendo y menguando. Luna.
Luna de extranjeros que la sienten suya y de locales que la observan noche tras noche desde el bondi.
Esa luna malcriada, que se cree de plata y suspiros, dueña de musas, de risas, de polvos, de sueños.
Una luna maldita que alumbra la muerte de bestias y artistas, del pobre, del rico. Luna injusta, cobarde y sin compromisos.
Luna en Buenos Aires, en sures y en nortes. Luna roja. Blanca luna. Luna en negro. Luna vieja.
Luna apolítica. Pelota en cielo negro que nunca entra al arco. Luna de hierro.
De piratas, de guerrilla. De negocios sucios. De mujeres en calles revendiendo sus cuerpos.
Luna de conquista, genocidios y gritos. De ultrajes, de robos. Siempre en su silencio.
Luna que no agita. Fría. Objetiva. Distante. Narcisa.
Mancha en el oscuro telar de mis sueños nocturnos. Perfecta.
Hoy estas con rabia, luna idiota.
Hoy él salió a mirarte a mi balcón. Intercepté su cuerpo. Lo trepé riendo y le hice el amor.
Te vi que te estirabas. Dijiste que te ibas, luna medrosa...
Poco me importa esa amenaza.
Andáte.
Yo ya sé como encender mi sol de noche.

1 comentario:

  1. ... no sabía que me amabas. Vivo el perro, comenzó el amor.
    Jorge.

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