viernes, 16 de julio de 2010

soy una perra


-Feliz día del amigo...le dije despacio, sin gesticular demasiado y mirando para la izquierda, acomodándome el pelo cuatro, cinco, muchas veces.
Una sonrisa descuidada fue acompañada por un gracias y sus tremendos ojos con olor a café se desviaron a un perro que nos venía siguiendo hace cuadras...
- Tenés frío vos? le preguntó al animal.
A mi no me preguntó nada.
Faltaban segundos y tenía que despedirme, no se podía extender más el momento, se esfumaba, ya. Ahora. Como intentando ser estiradores de tiempo agregué la ridícula frase...-vos tenés mi correo, no?
- Creo que si, che, nos estamos viendo.
Su espalda me sonreía con descaro.
Su pelo de la nuca sacaba una manito por el costado y casi como la reina de la fruta fina recorría el espacio de un lado al otro.
Sus pies aceleraban sin tropezarse.
La mochila saltaba feliz de seguir en viaje.
Nada se me ocurría más que perseguirlo en un enorme caballo negro , a pelo. Con armadura y lanza, a velocidad . Levantando barro hasta acercarme, alzarlo y cautivarlo, secuestrarlo, atarlo para mi y para que rápido se enamore...a pesar de haber sido tan perra.
Pero el semáforo le dio el paso.
Se fue y ni volteó...
Solo le silbó al perro, pero ese tiene dignidad!
No lo siguió.

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