sábado, 20 de febrero de 2010

en defensa del planeta


Ella rabiaba si la confundían con una defensora de la paz mundial.
En su adolescencia había comenzado a leer autores que había que leer para pertenecer al círculo de progresistas intelectuales. Entonces hizo todos los deberes.
Al venir a estudiar a la ciudad supo que había que participar, estuvo en agrupaciones estudiantiles y defendió los derechos humanos. Militó en dos partidos, fue a la plaza, marchó todos los meses, defendió la educación pública y popular.
Vió películas argentinas, escuchó a Victor Jara, viajó a Jujuy y a Cuba, participó en juntadas de firmas, hizo expresión corporal, fue a tres congresos para el Día de la Mujer, dejó de hacer ensaladas en los asados, leyó a Simone, no se depiló más, vomitó en las calles, tiró piedras, discutió a los gritos, coordinó dos foros sobre la problemática femenina, fumó, trasnochó, fue al barrio el sábado temprano y sin dormir, participó en la red del trueque, creyó en la revolución, supo que todos no se daban cuenta y se desesperó,formó parte de un grupo planteando una alternativa armada, vendió sus pocas cosas, armó su mochila y se compró un pasaje en tren para viajar al monte a entrenarse; hasta que una noche...volviendo de estudiar y analizar un texto de García Canclini...lo conoció.
Se miraron fondo a fondo. Nada más.El externo a ambos giró a velocidad intensa, indescriptible...giraron las pasiones, los dolores, las seguridades, los amores. Giraron sus cuerpos, sus mentes, sus corazones, sus dominios, sus trizaduras.
Hoy colabora con Greenpace.

1 comentario:

  1. Malena, me gusta mucho a que y quién le escribís cuando lo hacés. En lo personal comparto el amor por la claridad y compromiso de Beauvoir, en mi vida ella es la génesis del PODER pensar sin condicionamientos y en libertad.
    Gracias por compartir tu alma.

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